Desde hace más de 20 años, cuando comenzamos a trabajar en nuestro emprendimiento familiar en Boedo, mis padres nos hablaban de su sueño de vendimia: traer a Buenos Aires un rincón de nuestra Mendoza natal, una idea de celebración con la gente del barrio, recuperando la fiesta de los sentidos.
Dioniso confundiéndonos a través de su ritmo y su danza embriagadora, para darnos una mirada más honda, el teatro.
A raíz de la fiesta dionisíaca nace el primer anfiteatro.
Esta iniciativa me dió un impulso especial para la apertura de un nuevo espacio escénico en Pan y Arte, el teatro en la terraza, tal vez el primer teatro al aire libre de Boedo. Aquí hay un eco del primer diálogo teatral, como en los anfiteatros griegos o romanos, en éste caso imagino un diálogo con el barrio.
El ciclo vendimia en boedo abre un universo dentro de la escena, un viaje al centro de nuestra historia.
Germinal Marín
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